El reto hídrico que enfrenta el agro en California.
La situación hídrica de California, un estado que alberga una de las economías agrícolas más grandes y diversificadas del mundo, enfrenta desafíos sin precedentes debido al cambio climático y las prácticas históricamente insostenibles de gestión del agua. La agricultura, siendo el sector más grande en términos de demanda de agua dulce, está en el centro de este desafío.
Hay dos tendencias preocupantes: períodos de sequía cada vez más frecuentes y severos, y temporadas de lluvias excesivamente intensas. Estas condiciones de variabilidad climática, junto con la creciente demanda de agua, sugieren que el suministro de agua podría enfrentar desafíos significativos en las próximas décadas.
Un aspecto clave de la problemática es la diferencia en el consumo de agua entre distintos tipos de cultivos. Los cultivos que requieren grandes cantidades de agua, como los frutos de cáscara dura y especialmente las almendras, consumen hasta 715 mm anuales. Esta cifra es alta cuando se compara con la demanda de agua de cereales y cultivos de heno, que solo necesitan 141 mm por año.
Por otro lado, la eficiencia del riego en California, especialmente en el Valle Central, un área crucial para la producción agrícola del estado, presenta otro reto significativo. Con una eficiencia promedio calculada en 61.8%, se evidencia que una parte sustancial del agua destinada al riego no se aprovecha eficazmente para el crecimiento de los cultivos, sino que se pierde por lixiviación o evaporación.
Soluciones para el uso eficiente del agua
Para abordar la eficiencia en el uso del agua por parte del sector agrícola de California, se han propuesto algunas estrategias enfocadas en optimizar la gestión de este recurso:
- Mejoras en la infraestructura y tecnología de monitoreo: La actualización de la infraestructura de riego existente para reducir las fugas y la inversión en tecnologías de monitoreo pueden ayudar a los agricultores a tomar decisiones más informadas sobre cuándo y cuánto regar. Esto incluye sensores de humedad del suelo, drones y sistemas de información geográfica para optimizar los regímenes de riego.
- Políticas e incentivos para la conservación del agua: Desarrollar políticas que promuevan el uso eficiente del agua, junto con incentivos económicos para los agricultores que implementen prácticas de conservación del agua, pueden acelerar la adopción de medidas sostenibles. Estamos hablando de tarifas de agua graduales, créditos fiscales, subvenciones para la actualización de equipos de riego y programas de compra de derechos de agua para fomentar la reducción del consumo.
- Adopción de prácticas de riego eficientes: La implementación de tecnologías de riego avanzadas, como el riego por goteo y la microaspersión, puede maximizar la cantidad de agua que efectivamente llega a las raíces de los cultivos, reduciendo las pérdidas. Estas tecnologías permiten una aplicación más precisa y controlada del agua, lo que se traduce en una mejora significativa en la eficiencia del riego.
- Selección de cultivos con menor demanda: Cambiar hacia cultivos que requieran menos agua o que sean más tolerantes a la sequía puede reducir significativamente la demanda general de agua en la agricultura; esta estrategia también incluye la rotación de cultivos y la selección de variedades adaptadas a las condiciones climáticas locales.
- Manejo deficitario controlado: Implica aplicar deliberadamente menos agua de la que el cultivo necesitaría para un crecimiento óptimo, sin comprometer significativamente el rendimiento. Con esto se busca incentivar un uso más eficiente del agua por parte de las plantas.
Invierte en tecnificación de riego
La tecnificación de riego no es solo una mejora; en el contexto actual, se ha convertido en una urgencia para asegurar la sostenibilidad de las operaciones agrícolas; sin embargo, sabemos que el principal desafío para adoptar tecnologías avanzadas radica en poder realizar las inversiones requeridas.
Entendemos que la transición hacia sistemas de riego más avanzados requiere de recursos significativos. Es aquí donde nuestro financiamiento Pre-Cosecha juega un papel crucial, brindando a los agricultores el capital necesario para realizar inversiones estratégicas en temas hídricos. Además, el que los agricultores mejoren su uso del agua, genera certeza a los distribuidores y minoristas.
Básicamente, si los agricultores aumentan su resiliencia ante las adversidades entonces los compradores pueden estar tranquilos de que la oferta se mantendrá estable, y nuestras soluciones de Comercio y Programa de Comercio Predecible representan dos formas de conectar directamente con productores que cumplen con todos los requisitos que el mercado requiere, simplificando la integración de las cadenas agroalimentarias.