«El Niño» podría aparecer en 2023 y la agricultura está en alerta.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha hecho eco de la alerta emitida recientemente a través de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), sobre la posible aparición del fenómeno climático conocido como “El Niño” durante el verano de 2023.
Según la OMM, hasta el momento hay un 80% de probabilidad de que el fenómeno comience entre julio y septiembre, lo que representaría un cambio en los patrones climáticos en muchas regiones agrícolas del mundo, afectando así la producción de alimentos.
¿Cuál ha sido la afectación de El Niño?
Se trata de un evento climatológico bien conocido por el sector agrícola, pues desde 1990 a la fecha ha hecho su aparición en 30 ocasiones, siendo la última en 2018-2019, sin embargo, el evento de 2014-2016 está entre los más fuertes registrados.
Uno de los países más afectados entre 2014 y 2016 fue Perú, que sufrió una larga sequía y un aumento de las temperaturas promedio, lo que afectó las cosechas, principalmente en las regiones costeras.
Ecuador y Bolivia también presentaron regiones, especialmente costeras, con extrema sequía, mientras las lluvias intensas causaron inundaciones en otras regiones. En Ecuador, la producción global de frutas y hortalizas se redujo, mientras que en Bolivia, la producción de soya, maíz y arroz se vio bastante afectada.
Además, el sector agroalimentario de otros países de América y del mundo también tuvieron afectaciones importantes, razón por la cual las alarmas se han encendido ante la posible llegada del fenómeno en 2023.
¿Cómo impacta El Niño en la agricultura?
El Niño es un fenómeno climatológico que puede tener un impacto significativo en la agricultura, especialmente en las zonas costeras de los países del Pacífico, ya que puede alterar las condiciones climáticas y la disponibilidad de agua para los cultivos.
Durante un evento de El Niño, las zonas costeras pueden experimentar sequías prolongadas, lo que puede afectar el crecimiento y desarrollo de los cultivos y reducir el rendimiento de las cosechas. Además, la lluvia intensa asociada con El Niño puede provocar inundaciones y deslizamientos de tierra en algunas áreas, especialmente montañosas, lo que puede dañar los cultivos y causar pérdidas económicas.
Es importante destacar que los efectos de El Niño en la agricultura no son universales y pueden variar según la ubicación geográfica y las condiciones específicas del clima local. Incluso algunas regiones pueden experimentar un aumento en la precipitación, lo que puede ser beneficioso para ciertos cultivos, en especial cuando se viene saliendo de una sequía.
¿Cuál es la diferencia entre El Niño y La Niña?
Básicamente se trata de eventos climáticos opuestos que se refieren a cambios en la temperatura del Océano Pacífico tropical (la parte del océano que se encuentra cerca del ecuador y que abarca desde la costa de Sudamérica hasta las islas de Indonesia).
El Niño se produce cuando las aguas se calientan más de lo normal, mientras que La Niña se produce cuando las aguas se enfrían más de lo normal. Estas variaciones de temperatura se traducen en fuertes cambios climáticos en diversas regiones del mundo.
En conclusión, el fenómeno de El Niño puede causar diversas disrupciones en la cadena de suministro global de productos agrícolas. Este fenómeno podría causar pérdidas en cultivos, retrasos en los envíos y afectar el ciclo de varios productos. Productores y compradores deberán estar alerta para asegurar que su cadena de suministro sea resiliente, así como contar con los aliados adecuados para facilitar el comercio y capital necesario para mantener sus operaciones.
Fuentes: Noticias ONU, Wikipedia