La tecnificación de la agricultura es la puerta de entrada a nuevo talento
La agricultura siempre había sido un terreno exclusivo de los agricultores de toda la vida, de los profesionistas con estudios agrícolas y de los trabajadores de campo, sin embargo, conforme nuevas tecnologías llegan al sector agroalimentario, también lo hacen personas cuyas formaciones y experiencias no están directamente relacionadas con temas agrícolas, quienes han visto el potencial para hacer negocios que existe en la agricultura.
Esta situación no es nueva, porque históricamente la agricultura siempre ha dado cabida a innovadores y/o emprendedores que buscan oportunidades de negocio; sin embargo, en los últimos años el flujo se ha incrementado significativamente y en los siguientes años la tendencia continuará, por lo que cada vez más participantes de las cadenas de producción provendrán de otras áreas del conocimiento, no relacionadas directamente con agricultura.
Comencé a notar esta situación mientras entrevistaba a especialistas agrícolas en mi podcast, siendo que muchos de mis invitados en los últimos dos años no son “nativos” del sector, sino que tienen perfiles tan diversos como: financieros, abogados, administradores de empresas, ingenieros en telecomunicaciones y especialistas en robótica, automatización, inteligencia artificial y ciencia de datos.
Lo más interesante es que estos perfiles están dando nuevos aires a la agricultura porque llegan con cierto desconocimiento del sector, especialmente sobre las limitaciones existentes, lo que a su vez les representa una ventaja, ya que no están condicionados por los paradigmas normales de la industria; además, también cuentan con herramientas que les permiten ver a la agricultura con una perspectiva distinta.
Y mientras más tecnología se introduzca a la agricultura más especialistas de otras áreas seguirán llegando, porque todos sabemos que la producción agrícola aún tiene mucho espacio para el desarrollo y la implementación de innovaciones tecnológicas, lo que representa una oportunidad interesante para muchos “externos”.
También hay que considerar que la pandemia demostró a muchos que la agricultura es la industria en la que hay que estar cuando suceda otra crisis mundial en el futuro, porque en muchos países la agricultura presentó una enorme resiliencia ante la situación, en especial considerando que las exportaciones totales de muchos países disminuyeron, mientras que sus exportaciones agroalimentarias se mantuvieron e incluso hasta aumentaron ligeramente, como sucedió en Costa Rica, Guatemala, Honduras, Paraguay, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y México.
No es que la agricultura haya estado exenta de los efectos del coronavirus, pero las afectaciones fueron mínimas, al menos en comparación con otros sectores que sí la pasaron bastante mal. Hay que considerar que la agricultura siempre tendrá estatus de sector indispensable cuando ocurran crisis mundiales.
Además, en diversas regiones y en muchos cultivos la tecnificación agrícola todavía es mínima, por lo que existe una enorme oportunidad para los visionarios que desarrollen soluciones que resuelvan las necesidades de los agricultores y que cumplan con ciertos requisitos que se volverán obligatorios en el sector: económicamente viables, sencillas de implementar y altamente escalables.
En gran medida la agricultura es terreno virgen para la innovación, no por nada siguen surgiendo empresas que buscan aprovechar la agricultura digital para hacerse de un espacio en el mercado.
En fin, las empresas y los profesionistas “externos” a la agricultura son bienvenidos, porque necesitamos ideas y soluciones innovadoras, que se complementen con toda la experiencia que hay en el sector; además, creo fervientemente que la diversidad es una de las claves del éxito, por lo que mientras más perfiles distintos pongan sus ojos en la agricultura, poco a poco la innovación dejará de ser una novedad para convertirse en una constante.