Los retos de la producción agrícola en EE.UU.
Según Statista, con datos del USDA, la superficie agrícola en Estados Unidos ha estado disminuyendo de manera constante desde el año 2000, con la excepción de un pequeño incremento en 2012. Desde el comienzo del siglo XXI, el área total de tierras destinadas a la agricultura ha disminuido en más de 66 millones de acres, situándose en 878.6 millones de acres para el año 2023.
Este patrón de reducción de la superficie agrícola refleja una tendencia de consolidación e intensificación de la agricultura, así como la posible conversión de tierras agrícolas para otros usos como el desarrollo urbano o la conservación. Este fenómeno también se ha acompañado de una reducción en el número total de operaciones agrícolas en el país, lo que sugiere cambios significativos en la estructura y práctica de la agricultura en los Estados Unidos.
En este sentido, son muchos y diversos los retos que afronta el sector agrícola en Estados Unidos, pero a continuación analizamos los que consideramos los mayores retos de todos, por sus alcances e impacto a corto y largo plazo.
Escasez de trabajadores
La producción agrícola en Estados Unidos enfrenta desafíos significativos debido a la escasez de trabajadores, un problema complejo influenciado por varios factores interconectados.
En primer lugar, la agricultura estadounidense depende en gran medida de los trabajadores inmigrantes, y las políticas migratorias actuales podrían aumentar la escasez de mano de obra; dichas políticas buscan, de manera general, restringir la migración, por lo que de forma directa están dificultando el acceso de trabajadores extranjeros.
También hay que considerar que en las últimas décadas se ha tenido una disminución en la oferta de mano de obra agrícola proveniente de México, donde también se ha empezado a batallar con la escasez de trabajadores, debido principalmente a que la población rural está accediendo a trabajos no agrícolas
Además, frente a esta escasez de trabajadores muchos productores están considerando soluciones mecanizadas y/o automatizadas; sin embargo, la reconversión ha sido lenta, debido sobre todo por la inversión requerida, pero también debido a que el uso de nuevas tecnologías requiere de trabajadores especializados, cuyo proceso de capacitación y formación lleva tiempo.
Presión sobre los recursos naturales
La demanda de agua para la agricultura es intensa. El sector agrícola consume aproximadamente el 80% del agua dulce disponible en el país, según datos de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA; por sus siglas en inglés). Esta alta demanda se debe principalmente al riego de cultivos en estados como California y Texas, donde se producen frutas y verduras que requieren grandes cantidades de agua.
Además, el cambio climático agrava esta situación. La variabilidad climática ha llevado a sequías más frecuentes y prolongadas en muchas áreas agrícolas clave; sequías que reducen la disponibilidad de agua superficial y subterránea, limitando aún más el recurso para la agricultura y aumentando la competencia por el agua entre diferentes sectores.
En cuanto al suelo, la degradación es una preocupación creciente. Prácticas agrícolas intensivas, como el monocultivo y el uso excesivo de fertilizantes y pesticidas, han deteriorado la calidad del suelo. La erosión del suelo, la reducción de la materia orgánica y la salinización son problemas directos de estas prácticas. La pérdida de suelo fértil no solo reduce la capacidad productiva de las tierras agrícolas, sino que también afecta la sostenibilidad a largo plazo de la agricultura.
Es importante mencionar que estos problemas son interdependientes, ya que la sobreexplotación del agua puede llevar a la salinización del suelo, y un suelo degradado puede reducir la capacidad del terreno para retener agua, impulsando los problemas de escasez.
Aumento de los gastos operativos
El aumento de los gastos operativos está influenciado principalmente por el incremento constante en los costos de producción, laborales, administrativos y de marketing. Estos aumentos en los costos no solo afectan la rentabilidad de las empresas agrícolas, sino que también muestran la necesidad de optimizar los procesos de negocio y producción para mejorar la eficiencia.
Los gastos han aumentado debido a varios factores como el precio de insumos (fertilizantes, semillas, agroquímicos), el coste de la maquinaria y la tecnología, y los gastos relacionados con el uso de agua y energía. Además, debido a la escasez de trabajadores se han tenido incrementos considerables de los salarios mínimos en varios estados.
En este sentido, los subsidios gubernamentales son un componente esencial para el sector agrícola, ofreciendo apoyo financiero para ayudar a los agricultores a manejar los crecientes costos de producción y operativos, mitigar riesgos, fomentar la sostenibilidad, y adaptarse a las políticas comerciales. A través de programas que incluyen pagos directos, seguros agrícolas, y apoyo a la investigación y prácticas sostenibles, estos subsidios intentan estabilizar los ingresos de los agricultores y asegurar la producción de cultivos esenciales. Sin embargo, los niveles de subsidio han fluctuado a lo largo de los años, lo que genera incertidumbre a los agricultores.
Somos tu aliado para afrontar estos retos
En el contexto de los desafíos mencionados que enfrenta la producción agrícola en Estados Unidos, es crucial destacar el papel vital que el financiamiento adecuado juega en el fortalecimiento y la evolución del sector; por ello ofrecemos soluciones financieras que resuelven las necesidades del sector agrícola.
A través de nuestro financiamiento PreCosecha proporcionamos a los agricultores el capital de trabajo necesario para prepararse para cada temporada. Esto les permite no solo cubrir gastos cotidianos, sino también invertir en el crecimiento operativo, una respuesta directa a las crecientes necesidades frente a la consolidación de agronegocios y el aumento de gastos operativos.
Para los distribuidores y minoristas, nuestra plataforma facilita la compra directa y segura de productos de agricultores verificados, asegurando entregas completas y puntuales. Este enfoque integrado no solo fortalece a los agricultores, permitiéndoles superar obstáculos significativos, sino que también garantiza que los distribuidores mantengan el flujo de productos agrícolas locales a sus clientes.