Aguacate y Superbowl: un ganar-ganar entre agricultura y deporte.
El aguacate ha sido una parte esencial del Super Bowl durante muchos años, porque cada año millones de estadounidenses consumen grandes cantidades de aguacate mientras ven el juego más importante del fútbol americano, ya sea en forma de guacamole o simplemente como un complemento de otros aperitivos tradicionales como patatas fritas y salsas.
Es tal la relación que se ha establecido que el aguacate ya se considera como un ingrediente que no puede faltar para ver el gran juego, siendo que también el gran juego ha permitido que el consumo de aguacate en Estados Unidos aumente.
Y por supuesto, para productores y comercializadores de este fruto tropical, el Super Bowl representa una excelente oportunidad para hacer negocio, lo que beneficia también a los demás integrantes de la cadena: ingenieros, técnicos, jornaleros, prestadores de servicios, etc.
¿Cómo surgió el consumo de aguacate durante el Superbowl?
El consumo de aguacate en Estados Unidos ha aumentado considerablemente desde inicios del siglo XXI, gracias en gran parte a la creciente afinidad de los jóvenes de las generaciones Millennials y Z por los alimentos saludables.
Esto ha llevado a que México y otros países latinoamericanos aumenten sus exportaciones de aguacate para satisfacer esta demanda a nivel mundial, siendo justamente el Super Bowl el evento anual donde se tiene el mayor consumo de aguacate en el mundo.
En este sentido, el consumo masivo de aguacate durante el Superbowl se puede considerar como una consecuencia del auge de la cultura de los snacks saludables, aunque por supuesto no hay que dejar de lado el gran trabajo publicitario que año con año realiza Avocados From México.
Importancia del Super Bowl para el consumo de aguacate en Estados Unidos
Se estima que alrededor del 20% de las ventas anuales de aguacate en Estados Unidos se producen durante el fin de semana del Super Bowl. En este sentido, no existe en el mundo ningún otro evento, de ningún tipo, que se le compare a la hora de impulsar el consumo de algún producto fresco.
Este pico en la demanda implica que durante el mes de enero y la primera semana de febrero las importaciones de aguacate por parte de Estados Unidos, aumenten entre un 30-40%, siendo la mayor beneficiada la industria aguacatera mexicana, con APEAM a la cabeza.
En la siguiente gráfica se observa el volumen que entró de aguacate al mercado estadounidense a través de los últimos tres años. Lo primero que llama la atención es que en los meses de diciembre, enero y febrero, tanto el volumen de la producción interna como el volumen importado desde Perú es mínimo, por lo que el aguacate mexicano no tiene competidor en esa época del año.
Otro punto interesante es que el pico anual de las importaciones de aguacate mexicano se tiene en el mes de enero, porque desde unas semanas antes del gran juego los embarques comienzan a llegar a los centros de distribución, desde donde los minoristas se surten para ofrecer el producto a los clientes.
Cabe mencionar que el Super Bowl se realiza el segundo domingo del mes de febrero, siendo que este 2023 la fecha será el 12 de febrero, por lo que prácticamente la mitad de este mes también se tendrá un gran movimiento de fruta desde los huertos mexicanos hasta los supermercados estadounidenses.
¿Cómo llega el aguacate a los consumidores estadounidenses?
La cadena de logística del aguacate fresco que se destina al Super Bowl se pone en marcha en la «franja aguacatera”, región compuesta por 55 municipios del estado de Michoacán, aunque este 2023 se unirán a las exportaciones varios municipios de Jalisco, segunda entidad que ha logrado la autorización para exportar por parte del USDA.
Es importante mencionar que el aguacate mexicano se exporta durante todo el año a los Estados Unidos, por lo que la industria mexicana sabe cumplir con la más alta calidad y los estándares de inocuidad requeridos por el USDA.
Además, debido a que el aguacate comienza a madurar inmediatamente después de ser cortado, es necesario utilizar una cadena de frío para detener o alargar este proceso y mantener la cosecha fresca en los empaques, bodegas, contenedores y almacenes hasta que llegue a su destino final. En promedio, la carga tarda de dos a tres días en llegar de Michoacán a Mc Allen, Texas, que es la principal puerta de entrada y el punto de partida para la distribución a todo Estados Unidos.
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Fuente: USDA-AMS